Del templo de su cuerpo: poemas de Bonifaz Nuño.



Del templo de su cuerpo.
Rubén Bonifaz Nuño.
Fondo de Cultura Económica.
1999.


Misticismo y sensualidad se conjugan en este hermoso y breve poemario, en donde Bonifaz Nuño da una muestra sencilla del poder de su poesía. Misma que a lo largo de poco más de 60 años, ha buscado la conjunción de tres elementos que de entrada podrían parecer completamente opuestas: el misticismo, la sensualidad —principalmente la que yace capturada en la voluptuosidad del cuerpo femenino—, y la sabiduría de la vida callejera y alejada de las altas pretensiones estéticas.

Capturar un poco de esa filosofía callejera, que a la larga se convierte en pretexto suficiente para cantarle a la vida disipada, arrabalera, perra y callejera, es uno de los ejes de su poesía, que a mí me parece una de las más poderosas de cuantas se hicieron a lo largo de un prolífero siglo XX mexicano, lleno de excelentes poetas como López Velarde, Xavier Villaurrutia, Octavio Paz, Efraín Huerta o Alí Chumacero.


DEPENDIENTE fiel soy de tus fármacos
benévolos; de la delicia
de tu materia alucinógena;
adicto ferviente de tus drogas
orgánicas, por ellas entro,
milagro puro, en tus sagrarios

Creo sinceramente que su lectura no sólo es profundamente placentera —en más de un sentido—, sino también ilustrativa del poder que las palabras pueden alcanzar en su forma más pura y profunda.

En la opulencia de tus dádivas
de salubres tóxicos, inicio
el viaje; asciendo inmensas gradas,
palpo las cumbres accesibles
a lo que no ha de recordarse.

Pienso que la gente ha dejado de leer poesía, porque no quiere darse para sentir y evocar sus más íntimos sueños a través de las palabras, lo que es una verdadera lástima. ¡No saben de la belleza que se están perdiendo!

Su navegación abisma el alma
en un mar sin fondos y si playas;
traspasando cuando conocía,
la comunión consigue entera
con lo que crea a lo increado.

Sólo puedo decir que su poesía es romántica, profundamente sensual y perdurable, siendo esta última una de las cualidades de su obra, de la que pocos poetas de cualquier época, tradición, corriente o lengua puede presumir.

O, comprensible, lo sin bordes
hace caber en una almendra:
la almendra central de la alegría.

¿Por qué a ninguno de los cantantes de trova conteporáneos se le ha ocurrido musicalizar esto?

Primavera, insensatez del gozo.
Ya la eternidad halla acomodo
en la duración del nomeolvides;
ya a la infinitud abraza el círculo
de las breves arracadas de oro
que voy, de cuelga, a regalarte.
El lirismo de Rubén Bonifaz Nuño, nutrido por múltiples tradiciones clásicas y contemporáneas, alcanza en Del templo de su cuerpo una de sus manifestaciones más puras. La musicalidad de su verso, que corre al parejo de su capacidad para evocar imágenes, aparece como una clara intención estética y de un arduo trabajo de perfeccionamiento.
Vencidos los cultos de otras diosas,
fiel y jactancioso drogadicto
tus caminos venero, docto
en el paciente magisterio
de tu labiado cuerpo intrínseco.

¡Qué más puedo decirles para convencerlos de leer a este gran poeta!

Farmacodependiente férvido
de tu materia metaquímica,
como entre savias placenteras
respiro de ti, me enorgullezco.

Y en tus sagrarios acontences.

Quien quiera leer algo hermoso y poderoso, acérquese a la obra poética de Bonifaz Nuño, poeta mexicano que lo dejara boquiabierto.

¿Quién es nuestro poeta?
Rubén Bonifaz Nuño [Córdova, Veracruz, 12 de noviembre de 1923] es una de las voces fundamentales de la poesía en lengua española. Ingresó en la Academia Mexicana de la Lengua en 1963 y es miembro del Colegio Nacional desde 1972. Premio Nacional de Letras en 1974, recibió La Orden del Mérito de la República Italiana en grado de Comendador en 1977. En 1983 recibió la Beca Guggenheim. El año siguiente mereció el Premio Internacional Alfonso Reyes, y en 1985, el Premio Jorge Cuesta. Ha sido director de Publicaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México, coordinador de Humanidades, maestro en la Facultad de Filosofía y Letras y en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Sus traducciones de los poetas clásicos griegos y romanos se leen y comentan en todo el mundo de habla española. Profundo conocedor de la cosmogonía antigua mexicana, sus investigaciones han enriquecido enormemente nuestro conocimiento de aquellos que nos precedieron en estas tierras y que son la raíz de nuestro ser actual.

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