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Mostrando las entradas de septiembre, 2007

Terminó hoy el Campeonato Mundial de Ajedrez.¡ANAND es el nuevo campeón del mundo!

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Esta es la parte frontal de mi charola de prensa del evento. En ella son visibles las firmas de: Leontxo García , especialista de El País (parte superior izquierda), GM Alexander Grischuck (parte superior derecha), en el centro en orden descendente: GM Boris Gelfand, GM Vladimir Kramnik, GM Alexander Morozevich (inferior izquierda), GM Levon Aronian (inferior derecha). El día de hoy, 30 de septiembre de 2007, ha concluido un evento de índole histórica para la vida cultural y deportiva de nuestro país, el Campeonato Mundial de Ajedrez que se realizó en la Ciudad de México, del 12 al 30 de este mes. Un evento lleno de múltiples emociones para los que amamos el juego. Así como de hechos inauditos en nuestra vida cultural. Por primera vez México fue sede de un Campeonato Mundial de esta disciplina. Un torneo que duró 18 días, en donde los ocho jugadores más poderosos del mundo se enfrentaron en la búsqueda de un nuevo campeón unificado. Los Grandes Maestros participantes fueron: GM Alexa

Noche de Epifanía

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Noche de Epifanía o lo que queráis. William Shakespeare. UNAM. 1997. La crítica coincide en dividir la obra de Shakespeare en cuatro etapas: la experimental, la de desarrollo, la de las tragedias y la de los romances. En la primera el autor toma del mundo teatral que lo rodea: temas, estructuras y hasta lenguaje; con base en el acopio constante de experiencia, va afinando sus dotes naturales de escritor, y si bien deja constancia plena de su capacidad dramática y poética, no hay en las obras de este periodo ninguna digna de mención. En la segunda etapa —entre 1594 a 1600— Shakespeare se muestra ya dueño completo de su oficio. A este periodo pertenecen las obras Tito Andrónico (1594), Noche de Epifanía (1595), El mercader de Venecia (1596) y Julio César (1599). En el entramado complejo de sus obras, Shakespeare, gusta de abordar un mismo problema desde dos puntos de vista. Esto enriquece enormemente las posibilidades de todo tipo de argumento y las perspectivas aplicadas que se il

La vida que se va

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La vida que se va. Vicente Leñero. Punto de Lectura. 2003. Esta novela me fascinó por su estrecha relación con el ajedrez . Una de mis grandes pasiones, a la par de la literatura. Una pasión compartida con millones de personas en el mundo y también con el escritor, dramaturgo, guionista y periodista tapatío, Vicente Leñero, que desde que tengo memoria siempre habla de una manera o de otra de este juego imposible como lo denominara, otro autor también tapatío, Juan José Arreola. Recuerdo con especial interés una entrevista que le hiciera a Arreola, durante el transcurso de una partida. Así como un artículo suyo publicado en la Revista de la Biblioteca México , que se titula La defensa Topalov. La vida que se va es una cátedra de cómo debe contarse una novela; cómo deberíamos afrontar el fenómeno literario; así como de las relaciones intrínsecas entre ajedrez-vida y ajedrez-literatura. Por una parte, la historia narra las diversas versiones de las memorias que una enclenque anciana, Nor

Los elementos de la noche

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Cortesía Mauricio Mejía Los elementos de la noche. José Emilio Pacheco. F.C.E. (1958-1962) Poeta, narrador y ensayista, José Emilio Pacheco es como poeta un recuperador de la memoria primigenia y un cronista de una época de demoliciones. El transcurrir de la existencia humana está plasmada en su poesía con una emoción que, gracias al rigor de la forma y la riqueza verbal, evita con maestría el simple deshago y el lugar común. Su visión tiene que ver con las huellas (la escritura, por ejemplo) que dejar el ser humano sobre la tierra en su viaje existencial. LA MATERIA DESHECHA Vuelve a mi boca, sílaba, lenguaje que lo perdido nombra y reconstruye. Vuelve a tocar, palabra, el vasallaje donde su propio fuego se destruye. Regresa, pues, canción hasta el paraje en que el tiempo se incendia mientras fluye.

El marinero que perdio la Gracia del mar.

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El marino que perdió la Gracia del mar. Yukio Mishima. Bruguera. 1984. En plena era posmoderna (o hipermoderna ,según Gilles Lipovesky), en donde las modas se imponen por sobre todas las cosas: incluso el arte, he tenido la oportunidad de leer a un autor japonés muy importante, un autor japonés de culto: no estoy hablando de Haruki Murakami, sino más bien de Yukio Mishima, escritor de suma importancia e influencia durante la primera mitad del siglo XX. Un autor que después sería muy admirado por autores tan dispares como Henry Miller y Margueritte Yourcenar. Su obra abunda en la sangre, la muerte, la homesexualidad, la exaltación del cuerpo, el suicidio ritual y la ética samurai. Obsesionado por preservar las formas tradicionales: Mishima buscó convertir al conjunto de su basta obra en una apología de la cultura y la literatura japonesa. Escritor prolífico, considerado un clásico en vida, criticó severamente la occidentalización de su país y la pérdida de sus valores tradicionales. E