El día entre las hojas.





Ernesto Trejo.
El día entre las hojas.
F.C.E.
1984.





Todo

A Georg Trakl

Vimos por la ventana
los pájaros, la pequeña ceremonia.

Dijimos: están heridos, el plumaje azul
es sangre neón, es
la luna fantasmal
de este paraje.

Dijimos: el mundo
se empequeñece, los hombres
se esconden bajo un puñado
de estampillas postales: todo,
el silencio que se abre entre
nuestros cuerpos, el diámetro calculado
del cielo, la distancia fría de mis manos
a las tuyas, todo es una imagen
de nuestras vidas, de nuestro mundo
aleteando sin remedio.

Dijimos que haber escogido el canturreo
de los grillos, la luz apagada en la pradera,
o el salmo en el arroyo, hubiera dado igual:
¿qué dice la química salvaje del alma
bajo las uñas y las pupilas?

Luego tus minúsculos senos
llevaban suavemente
el ritmo de tu corazón.
Ya no supe si estabas sobre mí, abajo
o a mi lado; sólo vi
las perlas azules sobre tus mejillas
y oí mi corazón latir
dentro de ti:
dos pájaros en
la jaula de tus pechos,
dos piedras
hundiéndose lentamente en la luz azul
que ilumina la sangre
entre tus piernas; la noche azul
en nuestra garganta,
su canto pesado
descendiendo de las entrañas.





Este me parece un libro de poemas mucho más sólido que el anterior que había leído (Tres pies al gato). Con mucha más soltura y mejor técnica. El uso de la retórica me parecen muy adecuados y los temas que se abordan mejor tratados.





En este libro se habla del amor, el deseo, la añoraza y el duelo ante las pérdidas: sobre todo las de índole emocional. Muy buena lectura, para todo aquel que comienza a leer poesía. Aunque los poemas no tienen la métrica convencional o académica, si poseen un ritmo y una musicalidad muy interesante.








Foto: María Luisa Durán

Diálogo con Jaime Sabines


¿Por qué tanta lluvia?
No llueve; se está cayendo el cielo.
¿Por qué tanta lluvia?
Aquí la lluvia es como el aire.
¿Cuántos hijos tienes?
Seis o siete, yo mismo no lo sé
¿Cuántos hijos tienes?
He poblado mi vida con fantasmas, y algunos fueron mis hijos.
¿Qué dicen tus poemas?
Dicen poco y brotan solos.
¿Qué dicen tus poemas?
Sólo cuando escribo logro dormir. Llevo la angustia como una
bufanda y soy como un árbol agobiado. Mis poemas son
piedras lanzadas al aire, a ningún lado, para nadie.

¿Y ese traje raído?
No está raído. Es nuevo.
¿Y ese traje raído?
Lo he llevado toda la vida. No recuerdo ningún otro.
¿Por qué quieres morir?
Es que la vida sigue y no se acaba.
¿Por qué quieres morir?
Es la muerte la que me persigue.
¿Y luego de la muerte?
Nada.
¿Y luego de la muerte?
Luego de la muerte, el hallazgo. Sentir que todo esto no fue
nada, pero recordando los amaneceres, los ojos tristes de
las vacas, la humedad sin fin de Chiapas, todo el polvo
de oro de la vida…

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