Crimenes ejemplares.
Crímenes ejemplares.
Max Aub.
Libros del rincón.
SEP.
2003.
Uno de los libros más divertidos que se han escrito en lengua española, que en palabras de su autor “son un homenaje a la confraternidad y la filantropía”. El volumen reúne 88 cuentos que Aub agrupó en forma de libro y publicó por primera vez en México en 1957.
Los minicuentos que aquí se presentan son un portento de humor negro e ironía, que ponen de manifiesto la necesidad que todos experimentamos ⎯en algún momento de nuestra vida, y en ciertas situaciones⎯, de matar literalmente a la persona que tenemos enfrente.
Por medio de una prosa sencilla e inteligente, Max Aub, construye un universo literario en donde las situaciones más comunes convergen con las más extravagantes y disparatadas. Y para muestra un par de estos crímenes.
⎯¡Antes muerta!⎯ me dijo. ¡Y lo único que yo quería era darle gusto!
⎯Es tan sencillo: Dios es la creación, a cada momento es lo que nace, lo que continúa, y también lo que muere. Dios es la vida, lo que sigue, la energía y también la muerte, ques es fuerza y continuación y continuidad. ¿Cristianos estos que dudan de la palabra de su Dios? ¿Cristianos esos que temen a la muerte cuando les prometen la resurrección? Lo mejor es acabar con ellos de una vez. ¡Que no quede rastro de creyentes tan miserables! Enponzoñan el aire. Los que temen morir no merecen vivir. Los que temen a la muerte no tienen fe. ¡Que aprendan, de una buena vez, que existe el otro mundo! ¡Sólo Alá es grande!
Era tan feo el pobre, que cada vez que me lo encontraba, parecía un insulto. Todo tiene su límite.
La maté porque me dolía el estómago.
La maté porque le dolía el estómago.
Lo maté porque era más fuerte que yo.
Lo maté porque era más fuerte que él.
Desde que nació aquel escuincle no hacía más que llorar, a mañana, tarde y noche. Cuando mamaba, cuando no mamaba, cuando le daban su botella, cuando no le daban su botella; cuando lo paseaban y cuando no, cuando lo dormían, cuando lo bañaban, cuando lo cambiaban, cuando lo sacaban de la casa, cuando lo volvían a meter. Y yo tenía que acabar ese artículo. Había prometido entregarlo a las doce. Era un compromiso ineludible con mi compadre Ríos. Y yo soy cumplidor y ese escuincle llora, y llora, y llora. Y su mamá…Bueno, de su mamá mejor no hablamos. Lo tiré por la ventana. Les aseguro que no había otro remedio.
Además cabe destacar que esta nueva edición de Libros del Rincón está bellamente ilustrada por iberoamericanos, como Vicente Rojo, Ajubel, Pep Monserrat, El Roto, Carlos Ortin, Segio Sanz, entre muchos otros. Una excelente recomendación para todos aquellos que tienen un amigo, un compañero de trabajo, un jefe ejectutivo, una esposa abnegada, un esposo fiel y antento, o simplemente algún torpe conciudadano que deseen matar de una manera ejemplar.
Max Aub.
Libros del rincón.
SEP.
2003.
Uno de los libros más divertidos que se han escrito en lengua española, que en palabras de su autor “son un homenaje a la confraternidad y la filantropía”. El volumen reúne 88 cuentos que Aub agrupó en forma de libro y publicó por primera vez en México en 1957.
Los minicuentos que aquí se presentan son un portento de humor negro e ironía, que ponen de manifiesto la necesidad que todos experimentamos ⎯en algún momento de nuestra vida, y en ciertas situaciones⎯, de matar literalmente a la persona que tenemos enfrente.
Por medio de una prosa sencilla e inteligente, Max Aub, construye un universo literario en donde las situaciones más comunes convergen con las más extravagantes y disparatadas. Y para muestra un par de estos crímenes.
⎯¡Antes muerta!⎯ me dijo. ¡Y lo único que yo quería era darle gusto!
⎯Es tan sencillo: Dios es la creación, a cada momento es lo que nace, lo que continúa, y también lo que muere. Dios es la vida, lo que sigue, la energía y también la muerte, ques es fuerza y continuación y continuidad. ¿Cristianos estos que dudan de la palabra de su Dios? ¿Cristianos esos que temen a la muerte cuando les prometen la resurrección? Lo mejor es acabar con ellos de una vez. ¡Que no quede rastro de creyentes tan miserables! Enponzoñan el aire. Los que temen morir no merecen vivir. Los que temen a la muerte no tienen fe. ¡Que aprendan, de una buena vez, que existe el otro mundo! ¡Sólo Alá es grande!
Era tan feo el pobre, que cada vez que me lo encontraba, parecía un insulto. Todo tiene su límite.
La maté porque me dolía el estómago.
La maté porque le dolía el estómago.
Lo maté porque era más fuerte que yo.
Lo maté porque era más fuerte que él.
Desde que nació aquel escuincle no hacía más que llorar, a mañana, tarde y noche. Cuando mamaba, cuando no mamaba, cuando le daban su botella, cuando no le daban su botella; cuando lo paseaban y cuando no, cuando lo dormían, cuando lo bañaban, cuando lo cambiaban, cuando lo sacaban de la casa, cuando lo volvían a meter. Y yo tenía que acabar ese artículo. Había prometido entregarlo a las doce. Era un compromiso ineludible con mi compadre Ríos. Y yo soy cumplidor y ese escuincle llora, y llora, y llora. Y su mamá…Bueno, de su mamá mejor no hablamos. Lo tiré por la ventana. Les aseguro que no había otro remedio.
Además cabe destacar que esta nueva edición de Libros del Rincón está bellamente ilustrada por iberoamericanos, como Vicente Rojo, Ajubel, Pep Monserrat, El Roto, Carlos Ortin, Segio Sanz, entre muchos otros. Una excelente recomendación para todos aquellos que tienen un amigo, un compañero de trabajo, un jefe ejectutivo, una esposa abnegada, un esposo fiel y antento, o simplemente algún torpe conciudadano que deseen matar de una manera ejemplar.
Comentarios
Besitos.
Se antoja leer este libro... se ve, por lo que nos dejas saber, que está muy bueno.
Lo conseguiré el fin de semana.
Salu2