Esperando a Godot

Esperando a Godot
Samuel Beckett
Tusquets

Recientemente Tusquets ha decidido reeditar -al menos en México- una serie de títulos que conforman una parte fundamental de su fondo. Es importante mencionar que muchos de estos títulos ya estaban descontinuados o de plano descatalogados. Tal es caso de El lobo-hombre de Boris Vian, sólo por mencionar alguno.

En versiones económicas que aparecen en su línea Maxi (de bolsillo) o Fábula han comenzado a aparecer una serie de títulos importantes. La semana pasada yo me chuté Esperando a Godot, considerada por la crítica especializada como la gran obra maestra de su autor, el irlandés Samuel Beckett.

La obra está dividida en dos actos y en ella sólo aparecen cinco personajes: Estragon, Vladimir, Pozo, Lucky y un muchacho. Una suerte de obra simbólica y hasta cierto punto metafísica que habla de lo absurdo, lo grotesco y sin sentido de la exitencia humana. Al respecto de la misma, el propio Beckett comentó en cierta ocasión, poco después de recibir el Premio Nobel de Literatura en 1969, que Esperando a Godot era una obra "horriblemente cómica". Y en efecto lo es. Todo lo horriblemente cómica que puede resultar la situación de dos seres cuya grotesca y anodina vida se funda en la vana espera de ese ser al que llaman Godot.

He de confesar que en lo personal no me agrado del todo. La mayor parte me pareció bastante aburrida. Sobre todo el primer acto. Fue hasta el final donde comencé a hallarle el chiste. Bien dice Italo Calvino no siempre los clásicos son los libros que se convierten en los clásicos propios de cada lector. Porque a fin de cuentas cada lector irá forjando su propio canon.