Ensayos sobre ajedrez

Peón aislado
Ensayos sobre ajedrez
Luis Ignacio Helguera
Pértiga

"El ajedrez es un juego imposible"
Juan José Arreola

Revisar viejas lecturas es una parte importante de todo literato. Para el recién desaparecido, Juan Goytisolo, la relectura era parte medular de su práctica como escritor. Mientras que para Carlos Fuentes, eran motivo de relectura algunas obras cumbre, entre ellas El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, que siempre releía religiosamente cada Semana Santa.

Recién releí este ameno librito de Luis Ignacio Helguera, quien además de ser un buen escritor era un tremendo devoto del rey de los juegos. Fue de la mano del gran escritor Juan José Arreola, que Helguera se fue dando cuenta no sólo de la complejidad inmanente del juego, sino de sus múltiples relaciones con la vida, la literatura, la música, las ciencias, la fábula y las matemáticas.

Un juego de gente solitaria, casi autista, en donde el universo entero esta representando por los escaques del tablero, y los dos bandos rivales: blancas y negras, que se entornan en una violenta y estética guerra, que sólo las personas que conocen el juego llegan a vislumbrar.



Yo mismo como aficionado del juego ciencia he pasado horas, días, meses, años enteros de mi vida entregado a tratar de mejorar mi juego, que como el de todo aficionado, varia, dependiendo las circunstancias por las que mi propia vida atraviesa.






En este hermoso y pequeño librito, además de Arreola y su afición tan profunda por el ajedrez, Helguera nos cuenta las historias y anécdotas de Grandes Maestros, y Campeones Mundiales del juego, de lo más variopintas. Tal es el caso del cubanísimo José Raúl Capablanca, que además de ser un artista en el tablero, "no dejaba a una para comadre"; y por estar jugando con las damas, perdió su Rey, ante Alexander Alekine, quien a la postre, muchos años después de haberse coronado campeón del mundo, fue hallado muerto en una habitación de hotel, con un pequeño tablero por toda pertenencia.

O la locura de Whilhem Steinitz, quien en sus últimos años, aseguraba que jugaba con Dios, y le daba las piezas blancas y un peón de ventaja. O de nuestro legendario Gran Maestro mexicano, Carlos Torre Repreto, quien tuvo que retirarse a los 21 años de los torneos internacionales, tras derrotar al mismo campeón alemán, Emanuel Lasker y empatar con Capablanca; porque una tarde, en el zoológico de Nueva York, mientras iba con unos amigos, se quitó la ropa y se quiso meter a la jaula de los chimpancés.

Están presentes, también figuras emblemáticas, como el monstruo de Bakú, Garry Kasparov, el campeón más joven de la historia y sus épicos combates contra su archirrival, Anatoly Karpov, y su polémica derrota ante su díscipulo Vladir Kramnik; y posteriormente ante el poderoso ordenador de IBM, Deep Blue.

 En fin, un libro diseñado para aficionados al juego y a la buena literatura mexicana.

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