El Príncipe

 El Príncipe 

Nicolás Maquiavelo 

Emilio Blanco (traductor)

1513




Bien entrada la Edad Media, el género de los consejos de príncipes oscila entre el libro minúsculo que recoge unas cuantas sentencias de validez general a la hora de reinar (poco más que un decálogo o conjunto de ideas) y el grueso infolio divido en tres partes dedicadas respectivamente al reino, el príncipe y la casa del príncipe. 




Lo que separa a Maquiavelo de todos los demás, es una enorme fuerza centrífuga que ha hecho de El Príncipe un polo de atracción para todos los teóricos de la política posteriores (y para no pocos gobernantes, aunque reconocerlo dé mala imagen, como leer best-sellers o prensa rosa). Maquiavelo va a alterar la moralidad humanística de los tratados de príncipes. En el capítulo XV cuando empieza a hablar de las virtudes y vicios de estos, el florentino concede que muchos han escrito ya sobre la materia, pero que él se alejará de los métodos de los otros. Frente a ese mundo ideal, de carácter platónico, diseñado por los humanistas florentinos anteriores, Maquiavelo niega la mayor: no todo está bien diseñado, y por ello el gobernarte tiene que buscar mantenerse en el poder y obtener gloria para sí mismo (cualquier seguidor de campañas electorales en el Occidente actual puede, si vence el natural aburrimiento, comprobar la modernidad del pensiero maquiavélico). La mayoría de los hombres ya no son buenos (allá va el humanismo cristiano por la ventana), y el príncipe debe proteger sus intereses, y se hundirá como piense en comportarse él como bueno.  (Ojalá mi cabecita de algodón tenga en cuenta este punto esencial). 



"ACTUAR CON LA FUERZA DEL LEÓN. PERO RECURRIR AL ENGAÑO DE LA ZORRA". 

En una extraordinaria miniserie documental de Netflix que se llama: Cómo se convirtieron en Tiranos, mencionan que EL MANUAL, tiene prácticamente todas las soluciones que se puedan presentar ante todo tipo de gobierno tiránico. Puedo decir, que tal Manual, no es otro que El Príncipe. Un tratado político de más de 500 años que no ha perdido vigencia, porque al final del día siempre habrá gobernantes y un bonche casi inconmensurable dispuestos a ser gobernados. 



Si te interesa el arte de la política esta lectura es de cajón. Sino te interesa, este tratado te hará ver muchas cosas que a los ojos de los comunes resultan invisibles. Y entenderás cómo nos controlan y manipulan. Sea cual sea tu caso, el libro -sobre todo en esta nueva edición de Ariel, a cargo de Emilio Blanco- no te dejará indiferente. 





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