Los sueños de la serpiente

Los sueños de la serpiente
Alberto Ruy Sánchez
Alfaguara
2017

Los ausentes soplan
y la noche es densa. 
La noche tiene el color
de los párpados del muerto.
Toda la noche hago la noche.
Toda la noche escribo.
Palabra por palabra
yo escribo la noche. 
ALEJANDRA PIZARNIK. 




Después de haber leído con devoción su hermosa saga erótica de Mogador, y Los demonios de la lengua, en cuanto cayó en mis manos su más reciente trabajo, Los sueños de la serpiente, me dí a la tarea de leerla. Y como siempre me gustó mucho.



Me parece que este discípulo de Octavio Paz, es uno de los mejores escritores mexicanos que tenemos en activo, al lado de Juan Villoro. Su prosa es elegante y envolvente. Y aunque en este libro hay una historia como trama principal, en realidad el autor usa ésta como trampolín para narrarnos un sin fin de historias que parecieran estar entrelazadas por el fino hilo de la historia y la ficción.



Como siempre Ruy Sánchez se lanza a la experimentación artística y literaria en busca de nuevas formas de narrar. un hombre que pierde la memoria, comienza a recuperarla a través de los métodos clínicos de Oliver Sacks, y de manera fragmentaria y disgregaria, el autor nos lleva de la mano a través de un viaje simbólico e histórico por los pasajes más relevantes del Siglo XX. 



"Alberto Ruy Sánchez devuelve al ensayo a la narración y el relato a la biografía. Incluso cuando dedica su tiempo a leer a los rusos victimados y disidentes, lo hace con la misma atención al lector que lo acompaña; después de todo, los autoritarismos y fundamentalismos son monologantes y nos niegan el turno de la palabra", en decir de Julio Ortega.



El relato se torna en autobiografía apócrifa, que se vuelven fragmentos de un ensayo histórico que nos recuerda la importancia de la literatura como única fuente de memoria de la humanidad entera y reinvención perpetua.


Ideal para los lectores avezados que buscan estructuras narrativas diversas; así como diferentes formas de contar una historia que nunca sabremos en qué proporción es artificio y en cual realidad.


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