Una novela policíaca entretenida

Sonata del estrangulador
William Irish
María de Vértiz (Traductora)
EMECÉ
Argentina, 2004

"El sonido trajo una segunda nota, una tercera, una cuarta. Repentinamente se unieron todas hasta completar una tonada. Se repitió de nuevo más nítida que la primera vez, anunciando su proximidad. Ahora supo lo que vendría [...] ¡la muerte!"



Hace ocho años que mi esposa y yo llegamos a vivir a Azcapotzalco, de inmediato nos enamoramos del rumbo, porque al lado de nuestra casa hay un parque, la Alameda Norte, que está muy padre, la comida y los antojitos están diseminados por todo el barrio, que incluye el maravilloso mercado del centro de Azcapotzalco; y la vida cultural es amplía y variada.



En este último rubro uno de mis lugares favoritos es la Casa de Libro, en donde siempre he encontrado una que otra joyita a un buen precio; en el mejor de los casos casi rematado, como es el caso de Serenata del estrangulador que me costó tan sólo diez pesos. Me llamó la atención, además del precio, que se trata de un número de la colección Séptimo sello, dedicada exclusivamente a la novela negra, creada ni más ni menos que por Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, dos de mis escritores favoritos.

Tuvieron que pasar exactamente siete años desde su feliz compra, hasta el momento en que lo leí y me pareció bastante ameno y fácil de leer. La trama, como siempre es muy entretenida y el final es bastante distinto a las convenciones establecidas del género.

La verdad es que necesitaba leer algo así, tan entretenido y sencillo, porque últimamente me había encerrado mucho a libros de desarrollo humano, que aunque me gustan, algunas veces si llega a cansar leer sobre las mimas ideas todo el tiempo, y como yo soy Tauro, y dicen que nos gusta mucho cambiar, a mí siempre me gusta cambiar súbitamente de una cosa a otra, porque como siempre les digo a mis alumnos, cada que me ven aparecer con algún cambio de look sencillo o extravagante: no me gusta traer las mismas cosas en la cabeza. 







Lo mejor de la novela es hacia al final en donde el detective, Champ Prescott, se a vienta dos buenos "tiros" a golpes con el asesino de la historia, que por obvias razones no puedo decir quién es.

Con giros cómicos y románticos, y un lindo toque de nostalgia, esta novela me remitió a un tiempo en donde no había ni James Bond, ni Jason Bourne; y los detectives tenían como mejor arma su inteligencia, siguiendo la sombra de Sherlock Holmes.

En fin, no hay como una buena novela negra para pasar un fin de semana emocionando tratando de amarrar cabos para averiguar quién es el asesino. Altamente recomendable si disfrutas del género o bien si estás de pronto harto de leer cosas demasiado elevadas o pretenciosas.




Acerca del autor

William Irish nació en New York en 1903 y murió en 1968, también firmó algunos de sus libros con el nombre de Cornell Woolrich. Estudió en De Witt Clinton High School y en la Universidad de Columbia. Publicó su primera novela, Cover Charge, en 1926. A partir de entonces publicó más de una veintena de novelas y cuentos, entre ellos: Borrowed Crime, Dean Man Blues, Night Has a Thousand Eyes, Night Ward, Violence, Deadline at Dawn, I Wouldn´t Be in Your Shoes, Phantom Lady y The Bride Wore Black. Uno de sus mejores cuentos, es considerado por la crítica especializada como uno de los mejores del género: Si muriera antes de despertar. 

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