Mil grullas
Mil grullas
Yasunari Kawabata
Emecé
La narrativa de Kawabata se distingue por ser fluida y casi siempre inconclusa. A él le interesa comenzar una historia, aunque no concluirla. En ese sentido, parace que todo su trabajo es un eterno iniciar; sin nunca arribar a puerto alguno.
A mí esta novela me pareció interesante en el aspecto formal y estructural. Pero no me encantó. En la ciudad de Kamakura, una mujer que oculta una mancha en uno de sus pechos manipula los preciosos objetos de un rito que traspasarán, como sombras, el peso del erotismo de una generación a otra. Así, un joven hereda las obsesiones amorosas de su padre, experto en la ceremonia del té. Mil grullas en vuelo aparecen a lo largo del relato como misterioso auspicio.
Yasunari Kawabata, uno de los mejores escritores japoneses del siglo XX, explora en esta novela la fuerza del deseo y del remordimiento, y la sensualidad de la nostalgia. En esta historia, cada gesto posee un significado, y hasta el más leve roce es capaz de iluminar vidas enteras, a veces en el preciso instante en que son destruidas.
Kawabata nació en Osaka en 1899. Huérfano a los tres años, insomne perpetuo, cineasta en su juventud, lector voraz tanto de los clásicos como de las vanguardias europeas, fue un solitario empedernido. Escribió más de doce mil páginas de novelas, cuentos y artículos y es uno de los escritores japoneses más populares dentro y fuera de su país. Su profunda amistad con el escritor Yukio Mishima, del que fue mentor y difusor, quedó registrada en el célebre libro de Correspondencia. Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1968. Entre sus obras, muchas de ellas marcadas por la soledad y el erotismo, destacan La bailarina de Izu, La casa de las bellas durmientes, Lo bello y lo triste y El maestro del Go. Kawabata se suicidó a los setenta y dos años.
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