Miramar una novela con muchas posibilidades de lectura.

MIRAMAR
NAGUIB MAHFUZ
BOOKET
1967


Como Naguib Mahfuz suele hacer, primero publicó Miramar por entregas en el periódico cairota Alahram a lo largo de 1966, y en 1967 apareció ya como libro. Miramar fue la última de las novelas del periodo de los sesenta cuando, tras gozar ya del éxito de público y crítica que había conseguido en la década anterior, Mahfuz se dedicó a buscar otras maneras de narrar y ensayó una técnica más introspectiva y menos informativa que la anterior. Sin duda alguna se puede afirmar que Miramar no sólo es el resultado más logrado de esos años de experimentación, sino también es una de las grandes obras del conjunto de la narrativa mahfuziana.

Se trata de una novela compleja, no por ser de difícil comprensión, sino por las múltiples lecturas que de ella se pueden hacer. Aunque la trama es simple: siete protagonistas, que las circunstancias de la vida reúne en la pensión Miramar, en la milenaria ciudad de Alejandría, durante un corto tiempo (no más de dos o tres meses, entre el otoño y el Año Nuevo), y que concluye con la muerte de uno de los personajes. Cuatro de ellos tienen un capítulo propio (Ámer Wagdi -quien abre y cierra la novela-, Hosni Alam, Mansur Bahi y Sarhán Albuheiri), y nos cuentan -cada quien desde su punto de vista- los mismos hechos (muy al estilo de El callejón de los milagros), de manera que la percepción de una misma realidad se enriquece considerablemente con los matices de cada narrador, y nos regala una mirada global y polifónica del devenir de los acontecimientos.

En este sencillo argumento se refleja el presente de los personajes, pero además en todos los capítulos, en mayor o en menor medida, el pasado aparece súbitamente en rápidos y breves fogonazos retrospectivos que añaden un nivel más a esa visión múltiple de la realidad, porque nos explican circunstancias del pasado -tanto sociales como personales- de los caracteres, y nos dan las claves para entender qué los ha conducido a ser lo que son y a hacer lo que hacen.

Igualmente, existe otro elemento importante en cualquier novela, pero que en ésta desempeña un papel casi elevado a la categoría de personaje. Se trata del espacio físico, o más bien los espacios físicos y públicos de Alejandría (la ciudad griega de Egipto) y en mucha menor medida, de El Cairo: los casinos, bares, salas de espectáculos, cafés, vestíbulos de hoteles, restaurantes, parques, calles, barrios que muestran cierto dejo de nostalgia por sus años esplendor, hoy perdido.

Magnífica novela en donde los puntos de vista de los personajes conforman las piezas de un rompecabezas narrativo, que lejos de ser tedioso o complicado, resulta muy interesante e ilustrativo, acerca de las diversas posibilidades que existen de contar una buena historia en donde el amor, la amistad y el deseo se confabulan para mantener al lector a la expectativa, hasta la última página.

Además de todos estos elementos quiero comentar que para cualquier hablante de la lengua española no deja de resultar exótico la sociedad egipcia contemporánea, de la que sabemos tan poco; y con la que paradójicamente los países latinoamericanos guardamos tantas semejanzas. Por eso recomiendo mucho la lectura de este célebre escritor egipcio.

Naguib Mahfuz nación en 1912 en El Cairo. Desde su primera novela publicada en 1939 hasta la actualidad, ha escrito más de sesenta obras que abarcan desde la novela histórica hasta el tono más existencialista, pasando por una época de marcada intención realista o social. Algunas de ellas como El Callejón de los milagros (1947), Principio y fin (1951) o La epopeya de los miserables (1977), lo han consagrado como uno de los mejores escritores árabes de todos los tiempos. En 1988 recibió el Premio Nobel de Literatura.