El principito

El principito 
Antoine de Saint-Exupery
José María Frances
Diana 



De esta gran obra literaria no es necesario decir nada. ¿Quién no conoce la historia del sabio principito que baja de las estrellas para darnos una hermosa lección de sabiduría y amor? Pero sí quiero narrar brevemente la historia detrás de este ejemplar tan significativo para mí. Se trata de una de las pocas donaciones que ha hecho un lector a mi biblioteca. Muchos son los ejemplares que me han regalado; pero pocos los que otros lectores que comparten el mismo amor por la vida y la literatura me han hecho.

Este es significativo porque la persona que me lo regaló no lo compró para dármelo; sino que durante mucho tiempo fue su libro, y amablemente -haciendo un buen ejercicio de desprendimiento y desapego- me lo ha donado a mí. Quiero agradecerle a Enrique Sadovitch, por este bellísimo gesto, que tanto Juanito, como yo sabremos apreciar. Y como estamos ante un caso especial, lejos de comentar esta maravillosa obra, solamente me señiré a algunas de las frases que Enrique subrayó en el que fuera por muchos años su libro, y que a partir de hoy, es de Juan Salvador.

Enrique me contó que suele subrayar en sus libros aquellas frases que le dicen cosas importantes a él. Quiero compartir, algunas de las cosas maravillosas que el Principito le dijo a él, y que hoy te dice a ti, querido lector de esta bitácora.




Las personas mayores siempre necesitan explicaciones. Las personas mayores no comprenden nunca nada por sí solas. Es fatigoso para los niños de hoy y de siempre, tenerles que estar dando explicaciones.

Es bastante más difícil juzgarse a sí mismo que juzgar a los demás. Si consigues juzgarte bien, es que eres un verdadero sabio.

Cuando encuentras un diamante que no es nadie, es tuyo. Cuando encuentras una isla sin dueño, te pertenece. Cuando tienes una idea el primero, la haces patentar y es para ti. Yo poseo las estrellas, puesto que nadie antes de mí ha pensando poseerlas.

He aquí mi secreto. Es muy sencillo: no se ve más que con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos.

Y cuando te hayas consolado (uno se consuela siempre), estarás contento de haberme conocido. Serás siempre mi amigo. Tendrás deseos de reír conmigo. Y abrirás algunas veces tu ventana, por eso, por ese placer. Y tus amigos se asombrarán de verte mirar el cielo. Entonces tú les dirás: "Sí, las estrellas, ¡siempre me dan risa!. Y te creerán loco. Te habré jugado una muy mala pasada...

Comentarios

abrisna dijo…
me alegra que existan sitios como éste, me alegra más que seas mi profe y todavía me alegra más saber que eres mi amigo; espero algun día yo serlo para ti también gracias el príncipito es una gran historia muy tierna y si guta voy a darme a la tarea de encontrar un buen libro para tu colección me la imagino como la de la bella y la bestia jeje ojala un dia pueda verla gracias!!!!
Smaphira dijo…
Maravilloso e inigualable cuento con un personaje inolvidable. El principito es para mí un libro muy, muy especial. Su historia lleva años acompañándome y recordándome lo importante que es seguir viendo algunas cosas con la sencillez que sólo un niño puede verlas. Me encantaría seguir viendo siempre el elefante devorado por la boa y no el sombrero...
Además hemos coincidido en entrada del blog; tengo preparada la mía sobre El principito en borradores desde hace unos días!!!
Como siempre, un placer leerte.
Saludos!
Salvatore dijo…
Ver al mundo con el corazón de un niño; y no con los ojos de un adulto: que bella idea.
Quique dijo…
En mi vida he recibido bastantes premios y halagos, pero nunca uno tan grande y tan profundo como el que mi profesor Salvador me ha hecho.
Ahora sé que el libro que fue de mi propiedad por muchos años está en tan buenas manos como las mías.
También quiero agradecer que me dieras a conocer el libro de Vicente Quiriarte, “Sintaxis del Vampiro”.
¡Muchas Gracias Salvador!
¡Tus acciones hablan tan alto, que no me dejan escuchar lo que dicen tus palabras!
Atte.:
Enrique Sadovitch.

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