¡A morirse, pero de risa!

Que se mueran los feos
Boris Vian
T.P. Lugones (Traducción)
Tusquets 
España, 2009






Publicada originalmente bajo un seudónimo en 1948, esta amena novela "menor" del genial Boris Vian, es una extraordinaria muestra de su enorme potencial como escritor. En ella hace una sátira de las novela policiacas y, las utiliza para sacar a relucir lo mejor de su talento. Al mismo tiempo nos lega un mensaje muy actual acerca de la búsqueda de la belleza física, tema tan recurrente en nuestros días.

El argumento es un tanto complicado y si se quiere un poco absurda, pero en pocas palabras puedo decir que trata la historia de un joven guapo de poco menos de 20 años, Rock Bailey, quien está haciendo todo lo posible por mantenerse virgen, a pesar de los problemas que para un tipo para él, esto representa. Tiene un sin fin de admiradoras, y hasta ahora ha logrado sobrevevir a sus embates y acosos. Pero un buen día, sin él saberlo, se ve involucrado en lo planes de un científico loco, Markuz Schutz, quien a través de la manipulación genética, ha creado una pléyade de apetecibles seres humanos, cuyas principales virtudes es que son todos perfectos físicamente; y siempre están dispuestos a tener relaciones con quien se les atraviese. Una historia con detalles tan ingeniosos que el lector no puede evitar desternillarse de risa.

En Que se mueran los feos, además de las excelentes dosis de humor, Vian habla de la imposibilidad de un mundo humano perfecto. Entendiendo por perfección, los ideales estéticos imperantes en una determinada época. Vian planeta la idea de que si todos fuéramos guapos, bien formados y con una excelente apariencia física, literalmente mataríamos por estar con una persona fea y poco agraciada.

Visionaria novela corta que aborda temas tan en boga ahora como: la manipulación genética, las intenciones conspiracionistas de un grupo de personas o de una persona por controlar al mundo, y lo fugaz y relativa que es la idea de la belleza de una persona.

¿Acaso no es el sueño de todo hombre tener una isla llena con mujeres hermosas para él solo? Boris Vian, no sólo nos lleva a esa isla, sino que nos muestra que la idea de la perfección (en cuanto a belleza física) no es más que una falacia; y que debemos tomar con reserva todos esos productos que tratan de hacernos lucir más bellos, suculentos y jóvenes, pues todo mundo sabe que la verdadera belleza humana, la única que importa, se encuentra siempre en el interior, ¿o no?

¡Quien no ha leído a este genio de las letras francesas, no sabe de lo que se pierde!

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