Sin música no hay vida

La música y la mente
Anthony Storr
Verónica Canales Medina (Traducción)
Paidós
2002


"La existencia del ser humano debió de ser muy diferente cuando se desarrollaba en el campo y se basaba en la agricultura; cuando el canto de los pájaros, y no el ruido de la maquinaria, regalaba los oídos; cuando el granjero disfrutaba contemplando el cambio de las estaciones y el paso de las nubes; y cuando, a pesar de su trabajo extenuante, el aislamiento permitía el ejercicio de la imaginación". 


Una verdadera maravilla de estudio entorno a la música, desde sus posibles orígenes; hasta las importantes repercusiones del fenómeno sonoro musical en la conformación de la civilización humana; y su enorme vínculo con las emociones.

En este maravilloso ensayo Storr comienza haciendo un análisis de los posibles orígenes de la música; así como de sus repercusiones a nivel social, individual, emocional e intelectual, tanto en los ejecutantes como en los escuchas.

Storr no está de acuerdo respecto a la conocida frase: "la música es el lenguaje universal"; y explica con claridad el porqué. Además hace una interesante comparativa entre las matemáticas y la música, en donde menciona las coincidencias entre las dos disciplinas; y la importancia de ambas para poder ordenar el "caos" que implica la "realidad".



Hay todo un capítulo acerca de las ideas de Schopenhauer y Carl Gustav Jung acerca de la "realidad", que lleva por título "La más recóndita naturaleza del mundo", que a mí me pareció el más interesante, además del más denso en cuanto a carga de ideas interesantes no sólo entorno al fenómeno musical, sino acerca de cómo los seres humanos percibimos ciertas capas de realidad, pero otras tantas son inaccesibles, principalmente por nuestras limitaciones sensoriales y culturales.

Todo en nuestra civilización está fundamentado en el aprendizaje; y es quizá la música una de las mejores formas de conocernos a nosotros mismos, a través de un lenguaje como ningún otro, que no sólo nos da placer, sino que nos pone en contacto con nuestras emociones más profundas y nos lleva a un mundo etéreo y diáfano; que nos permite disfrutar de uno de las artes más sublimes, creación maravillosa de nuestra especie.

"El comportamiento humano depende mucho más del aprendizaje y la transmisión cultural entre generaciones que de respuestas innatas a los estímulos ambientales. Los bebés cuentan con pocas respuestas automáticas para asegurar su supervivencia, pero la forma en que los niños mayores y los adultos se adaptan a la vida está determinada por el aprendizaje, por la formación, la educación y la experiencia".



Una verdadera joya que todo melómano debe tener en su biblioteca personal.

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