El mito detrás del mito

The Historian
Elizabeth Kostova
Back Bay Books


Durante años, Paul fue incapaz de contarle a su hija la verdad sobre la obsesión que ha guiado su vida. Ahora, entre papeles, ella descubre una historia que comenzó con la extraña desaparición del mentor de Paul, el profesor Rossi. Tras las huellas de su querido maestro, Paul recorrió antiguas bibliotecas en Estambul, monasterios en ruinas en Rumania, remotas aldeas en Bulgaria... Cuanto más se acercaba a Rossi, más se aproximaba también a un misterio que habia aterrorizado incluso a poderosos sultanes otomanos, y que aún hace temblar a los campesinos de Europa del Este. Un misterio que ha dejado un rastro sangriento en manuscritos, viejos libros y canciones susurradas al oído.


Una novela de poco más de 800 páginas, que a pesar de ser en partes bastante lenta, sobre todo en lo que se refiere al romance de algunos de los personajes, vale la pena, porque funciona como la construcción de un mito detrás de otro. Me explico, en la popular novela de Kostova, tres generaciones de historiadores buscan desesperadamente la tumba de Vlad Tepes, el Empalador, sólo para comprobar que la leyenda que se cierne sobre este terrible personaje es cierta: Drácula existe y va mucho más allá de la célebre novela de finales del siglo XIX del escritor irlandés, Bram Stoker.

Basada en parte en el personaje histórico, Vlad III, nacido como Vlad Drâculea, príncipe de Valaquia (hoy sur de Rumania); célebre por sus despiadadas formas de matar a sus enemigos, e incluso a sus propios súbditos. Muchas veces los asesinaba empalándolos con estacas que atravesaban a la víctima por los genitales, ano o boca, hasta salir por el otro extremo del cuerpo. Gran defensor de Europa en contra del imperio Otomano. Vlad era ortodoxo aunque después de convirtió al catolicismo.

De 12 de septiembre de 2011

Un buen día un profesor de historia Bartolomeo Rossi, encuentra entre sus pertenencias un extraño libro antiguo que sólo tiene impreso un Dragón Rojo imponente, símbolo de la Orden del Dragón, a la que supuestamente Tepes pertenecia. De ahí su nombre Drácula (Dragón Rojo). Su alumno, Paul, halla varias décadas más tarde un libro con las mismas características, y esto da inicio a una búsqueda que nos llevará de Estambul, Turquía, hasta pasar por Hungría y Rumanía.

Aunque con una cantidad importante de datos históricos, La Historiadora, bien podría pasar por un buen libro de viajes, que nos sumergen en una de las leyendas contemporáneas más interesantes y misteriosas.

Una cosa que me encantó y me mantuvo entretenido es la presencia de tantos libros, dentro de este libro. Puedo decir que los libros juegan un papel protagónico importante en la trama. Antiguos manuscritos, libros en árabe y antiguo Rumano. ¡Libros y más libros!



También me agrada la forma en la que autora retrata a Drácula, el más temible de los vampiro, como un inmortal aburrido y preocupado por preservar su leyenda a través de los libros.


En fin, puedo decir que este libro me gustó porque contiene: historia, viajes, a Drácula, y un montón de referencias a un sin fin de más libros. Aunque quitaría muchos de los capítulos (sobre todo los relacionados con la hija de Paul) en aras de hacerla más dinámica. Porque la verdad como a la mitad del libro, la narración decae horriblemente; y uno siente que la historia se estanca y no parece llevarnos a ninguna parte. Afortunadamente, al final se recompone bastante bien.


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