Platero y yo



Platero y yo
Juan Ramón Jiménez
Bruguera
1981.

Platero y yo es un clásico de la literatura infantil y juvenil, que aunque fue concebido así por encargo explícito, el autor lo veía como un libro que podrían disfrutar tanto niños como adultos. Narra la estrecha relación del autor con un tierno pollino (borriquillo) que es su compañía en su natal Moguer (Huelva, España). 

No había tenido la oportunidad de leerlo. Mi mujer me advirtió que es un libro triste. Y lo es, quizá porque el autor estaba obsesionado con el tema de la muerte, desde el fallecimiento de su padre que se dio precisamente mientras Jiménez trabajaba en la obra.

Puedo decir que es un libro bonito. Aunque a mí no me gustó tanto, debido quizá al uso de un lenguaje muy cargado de arcaísmos  (la obra fue escrita en 1915) y localismos. Si a esto sumamos que es un ejemplo del pastoril, género poético típico de ciertas regiones de España, en donde se destaca la vida de la gente del campo y su estrecha relación con el mundo natural, pues como que ahí surgen ciertos problemas de referentes que le permitan a uno la cabal comprensión de lo que se está diciendo. 

Sin embargo, creo que un niño que lea este libro hallará un lenguaje que — de lograr entenderlo— puede proporcionarle muchos momentos de felicidad. No me culpen, a lo mejor como lector adulto ya tengo demasiados vicios que lejos de permitirme disfrutar; me lo impidieron.

Acerca del autor. 


Juan Ramón Jiménez Mantecón nació en Moguer (Huelva) el 24 de diciembre de 1881. Estudia, de niño, en el colegio de jesuitas del Puerto de Santa María y, más tarde, comienza la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla. Por estos años de dedica especialmente a la pintura, aunque pronto el quehacer poético le absorbe, publica sus primeras poesías en revistas universitarias. Al fin, atraído por el ambiente cultural de la capital, viaja a Madrid, donde publica sus primeros libros: Ninfeas y Almas de violetas, prologados, respectivamente, por Rubén Darío, y Franciso Villaespesa. Tras la muerte de su padre regresa a Moguer y allí, obsesionado por la muerte, cae gravemente enfermo. Ven la luz nuevas obras: Arias tristes, Jardines lejanos. En 1916 contrae matrimonio con Zenobia Camprubí, quien acompañará al poeta casi hasta su muerte y significará para éste un aliento de vida que lo hará olvidar un poco sus obsesiones. A raíz de la guerra española del 36 salen de España para siempre y se instalan, después de recorrer varios países de América, en Puerto Rico, donde recibe una invitación para trabajar en su universidad nacional. En 1956 recibe el Premio Nobel de Literatura, "por su poética lírica, que en lengua española constituye un ejemplo de riqueza de espíritu y pureza artística", tan sólo unos días antes de la muerte de Zenobia. Juan Ramón Jiménez moriría dos años después en San Juan de Puerto Rico, el 29 mayo de 1958.
 

Comentarios

Humanoide dijo…
Demasiado
Angie Sandino dijo…
Salvatore querido,
Paso a dejarte un abrazo lleno de cariño y un Hasta Siempre lleno de esperanza... he dejado mi despedida en mi blog, espero que puedas pasar a dejarme tu firma en mi último post...

Todo mi cariño...
Hola Salvador...

Pues del libro, a mí me aburrió enormemente y mira que tuve disciplina para acabarlo, pero muchas veces me dieron ganas de cerrarlo...

Pensé que a mi hija le gustaría por ahí de los 10, así que se lo di, sin decirle lo que me había pasado a mí. Lo cerró.

Ni modo... así es esto de los gustos y los colores.

Salu2.
Mi estimado Salvatore: Platero y yo me tocó leerlo en la carrera, y no sólo no me gustó, para acabarla de amolar ni le entendí, supongo que es consecuencia de la soberbia de la universidad que se contagia.

Lo que más me sorpendió es que mi maestro (Hermida de apellido) nos dijo que era un libro fácil por relatar la guerra civil española (!!!!), en fin, ya en un futuro lejano, desde luego, te contaré qué pasa en el segundo intento.

Gracias mil por todos los generosos comentarios que dejas en artecinemas. ¿ya leíste La canción del verdugo?, ya está comentada en en plaza de autores.
KyRiah dijo…
Hola Salvatore, pues este libro lo tuvimos que leer en el instituto, cierto es que el libro en sí mismo es bonito, aunque sólo sea por el hecho de la ternura que desprende en esa relación. Sin embargo, debido al lenguaje utilizado creo que se hace pesada su lectura, especialmente cuando lo tienes que leer, digamos, que por obligación. Sintiéndolo mucho, este libro no lo volvería a releer, por lo menos de momento. Un saludo.
Anónimo dijo…
hola a todos
mmm creo que a mi me paso todo lo contrario!
cuando yo estudiaba la preparatoria nos pidieron este libro ,en el taller de lectura y redacciòn y pues , quizas sea como lo comprendas pero todooss lo terminabamos de leer e involuntariamente nos adelantabamos las páginas por que queriamos saber que pasaba!
cuando estaba en la universidad
la profesora de literatura en español nos pidio leer este libro y que creen !!!ella lo describía como maravilloso para poder interpretar ,y hacer uso de una buena descripcion, la verdad a mi me encanto! por que de verdad si me hacia viajar en cada lectura y no solo a mi a mis compañeros de la universidad y a los de prepa ! creo que el exito tal fué debido a la majestuosidad de mis dos profesoras , que nos llevaron de la mano en la lectura
yo si lo recomendaría por que sí que aprendí y nos hizo reflexionar en muchos aspectos ,es cosa de interpretarlo!
andromeda.
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