Principios de esoterismo occidental


El Kybalión
Tres iniciados
Editorial tomo 



A pesar de que siempre ha sido presentado como un texto con una datación milenaria, recientes estudios y análisis apuntan a que el origen de la obra se ubica a principios del siglo XX. El libro posee tan sólo indicios de la filosofía hermética, llamada así en honor a Hermes Trismegisto, "el tres veces grande", "el gran fundador", "el elegido por los dioses". Sin embargo, más allá de las especulaciones acerca de quiénes pueden ser esos supuestos iniciados; me parecen más relevante las ideas que en él aparecen; que una vez más muestran las semejanzas entre la ciencia más moderna y diversas corrientes de pensamiento.
Sea como sea, esa sabiduría arcana tiene unos cien años –si llega- de arcaísmo, incluso se apunta la hipótesis de que esos tres iniciados fuesen ocultistas como Foster Case, Michael Whitty y William Walker Atkinson, todos ellos estadounidenses y, curiosamente, cuando menos alguno relacionado con la Orden Hermética del Alba Dorada o Golden Dawn, lo que nos lleva a S. L. MacGregor Mathers y este, a su vez a Mr. Aleister Crowley, cuando menos hasta que creó la Astrum Argentum en 1905.

Tenemos pues una primera conexión ente El Kybalión y el Liber Al Vel Legis, entre Hermes Trimegisto y Aiwass. Entidades de cuya veracidad no cabe dudar…en uno u otro sentido –como mínimo dentro de los mundos narrativos existen, en otro tipo de mundo posible pues…es más cuestionable o, dicho de otra manera, cuestión de fe–.

Veamos los fundamentos del Kybalion, en otras palabras, cuales son los principios que postula. Al comienzo de la obra se dice lo siguiente:

"Los principios de la verdad son siete: el que comprende esto perfectamente posee la clave mágica ante la cual todas las puertas del Templo se abrirán de par en par".


El Kybalión 

Los siete principios sobre los que se basa toda la Filosofía Hermética son los siguientes:

El Principio del Mentalismo
El Principio de Correspondencia
El Principio de Vibración
El Principio de Polaridad
El Principio del Ritmo
El Principio de Causa y Efecto
El Principio de Generación

Esos siete principios son sobre los que, según El Kybalión se basa toda la filosofía hermética que debe su nombre a mayor gloria de un personaje mítico como es Hermes Trimegisto, "el tres veces grande". Algunas de las ideas de este libro (que al menos tiene cien años de haberse escrito) y  los nuevos modelos de la física cuántica; particularmente cuando hablamos del Universo Holográfico, son muy semejantes.


El Kybalión 

Los siete principios sobre los que se basa toda la Filosofía Hermética son los siguientes:

El Principio del Mentalismo
El Principio de Correspondencia
El Principio de Vibración
El Principio de Polaridad
El Principio del Ritmo
El Principio de Causa y Efecto
El Principio de Generación

Aquí nos encontramos ante otra encrucijada más, ¿existió o no Hermes, el supuesto fundador de esta corriente de pensamiento?

Hermes el Tres Veces Grande


Se trata de una supuesta deidad sincrética greco-egipcia, fusión de Hermes y Tot, su nombre –Hermes Trimegisto- significa “Hermes Tres Veces Grande”.

El rastreo de sus orígenes lleva tan sólo a la Edad Media occidental, con él sucede como con los grimorios o la misma cabalá, son fruto del pensamiento místico, mágico o esotérico medieval que quiere remontarse, como recurso de autoridad, a fuentes más antiguas.

Los grimorios –que son obra del cristianismo del Medioevo–, en general, quieren remontarse al mito del rey Salomón.

La cabalá –que surge como una corriente mística del judaísmo rabínico entre los siglos X y XIII–,  quiere remontarse a Simeón Bar Joyai –el auténtico responsable de la fundación del judaísmo rabínico y la pervivencia del propio judaísmo tras la destrucción del Segundo Templo en la segunda mitad del siglo I.

Y Hermes Trimegisto, siendo también medieval, desea remontarse a una mezcla de religiosidad griega y egipcia.

Egipto fuente de lo mistérico para Occidente

En general, para Occidente, y hasta finales del siglo XIX lo más exótico y “misterioso” se centraba en Egipto, allí acude la imaginación de Court de Gebelin en el siglo XVIII de la era común para inventar el halo adivinatorio del tarot, cuando esos naipes tienen su origen en la Edad Media europea y eran usados…únicamente como juego –de hecho, los llamados “arcanos menores” son, ni más ni menos que los palos de la baraja española con alguna ligera añadidura-.

Los mismos “tres iniciados” recalcan la importancia de Egipto en lo esotérico:

“Desde el antiguo Egipto han venido las enseñanzas fundamentales y secretas que tan fuertemente han influido en los sistemas filosóficos de todas las razas y de todos los pueblos, durante centurias enteras. El Egipto, la patria de las pirámides y de la Esfinge, fue la cuna de la Sabiduría Secreta y de las doctrinas místicas. Todas las naciones han sacado las suyas de sus doctrinas esotéricas.”

(“El kybalión”, Capítulo I, La Filosofía Hermética)

Y la de su propio papel así como el de sus precedentes:

Han existido siempre los pocos que cuidaron el altar de la verdad, sobre el cual conservaron siempre ardiendo la lámpara perpetua de la Sabiduría. Esos hombres dedicaron su vida a esa labor de amor que el poeta describiera en estas líneas:

“Oh, no dejes extinguirse la llama. Sustentada por generación tras generación en su oscura caverna –en sus templos sagrados sustentada. Nutrida por puros sacerdotes de amor- no dejes extinguirse la llama!”.

(“El kybalión”, Introducción)

Desde finales del siglo XIX el “aura” de los saberes remotos y, más o menos, ocultos y/o iniciáticos se desplaza más hacia oriente. Es cuando empieza la fascinación por el hinduismo o el budismo que, curiosamente, seguirá desplazándose hacia oriente y el taoísmo mezclado con códigos como el Bushido.

Los textos herméticos


Los textos herméticos son claramente europeos –pese a su disfraz– así la Tabla Esmeralda tiene un gran componente alquímico –típico del Medioevo occidental– y el Corpus Hermeticum filosófico.

En ciertos escritos herméticos como el Diálogo de Asclepio hay una coincidencia considerable con los grimorios a la hora de controlar y dominar supuestos entes demoníacos.

Ya en el siglo XVI, Isaac Casaubon pone de manifiesto ciertos datos que niegan la antigüedad atribuida a esos textos “herméticos”. Siendo el “súmmum” de la “moderna antigüedad” –si hiciésemos una palabra maleta podríamos denominarlo “modegüedad” –. El Kybalión, obra, sin la menor duda, de finales del siglo XIX o comienzos del siglo XX de la era común y cuya autoría asumen unos redactores anónimos denominados los “Tres Iniciados” de los que ya hemos hablado.

Pero como decía en un principio, más allá de la controversia acerca de quién es el autor, y la datación exacta de este texto, lo que me parece más relevante son las interesantes ideas que en él se incluyen. Tal es el caso del Principio de Mentalismo, donde se habla de que todo el Universo es mental  –una idea que ahora está muy en boga dentro de los nuevos modelos de la física cuántica; particularmente cuando hablamos del Universo Holográfico –; y que aquel que puede controlar su mente, controla el Universo. Esta parte se me hace interesante porque  aunque el libro no lo menciona de manera directa, creo que este control puede usarse para el bien o para el mal, por todo aquel que posea "este nivel de conocimiento secreto".

Otra idea que me parece maravillosa es el Principio de Vibración, que en pocas palabras habla de que en el Universo nada está estático, todo está vibrando desde el nivel atómico, e incluso a una escala menor. Esta parte tiene que ver con las frecuencias vibratorias, que es todo un tema fascinante al menos para mí; como seguramente lo será para todo el que se interese por este tipo de temas relacionados con espiritualidad y misticismo.

Pienso que si la gente leyera El Kybalión con calma, y tratara de interpretar su verdadero significado, obtendría mucho mayor conocimiento interior, que leyendo los libros de El Secreto, por mencionar algún ejemplo concreto. Pero, como uno de sus preceptos dice:

"Cuando el oído sea capaz de oír, entonces vendrán los labios que habrán de llenarlos con sabiduría". 

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