Pide un deseo. 7 cuentos eróticos

Pide un deseo.
V/A
Editorial Tusquets
2014

Siete escritores mexicanos: Juan Carlos Bautista (1964), Luis Jorge Boone (1977), Úrsula Fuentesberain (1982), Gabriela Jáuregui (1979), Mauricio Montiel Figueiras(1968), Pedro Ángel Palou (1966) y Daniela Tarazona (1975), nos presentan unos cuentos eróticos variopintos y medio dispares en calidad. La verdad no todos me gustaron, pero al menos tres valen la pena ser leídos, por todos los amantes del género:

Feliz cumpleaños, señor presidente, de Mauricio Montiel Figueiras.
Incluso los labios, de Daniela Tarazona.
La resistencia del agua a evaporarse, de Luis Jorge Boone.

Trabajar el género erótico, la verdad no es fácil. Porque rápidamente puede tornarse en porno, o gore. Y la idea de poder ir excitando al lector a través de las palabras y una narrativa bien lograda, no cualquiera.




Tres de siete, me parece buen número, sobre todo si consideramos que este libro lo merqué en El Remate de Libros del Auditorio Nacional, a principios de año. Uno siempre pude encontrar pequeñas joyas, basta con saber buscar, tener paciencia y un poco de suerte.



La verdad es que este libro lo compré por la portada, que me resulta por demás sugerente. Y porque me gusta leerle este tipo de historias, a mi amorcito, que aunque está jovencita, y dice que le dan "miedo", es bastante perversa: sino no andaría conmigo, ¿verdad?



Los invito a que le entren a la lectura erótica; y no se claven demasiado con los clásicos del género, que todo mundo conoce, ¡incluso hasta los que no han leído un sólo libro en su vida!; y dense la oportunidad de conocer producciones recientes, de autores contemporáneos. No se pierde nada, y se gana mucho en el inter. En una de esas, hacen el paro. (Expresión mexicana que refiere a cuando alguien o algo sale al quite en una situación que nos sobrepasa).



Ideal para viejos perversos y sucios, que siempre andan pensado en la de cosas que le van a hacer a su pareja, en caso de que la tengan o cuando la tengan. No apto para personas susceptibles, que eso de la "ponedera" no se les da o les resulta burdo o banal.


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