Casi un objeto

Casi un objeto
José Saramago.
Punto de lectura.
1983.

He de confesar que al principio este libro de cuentos no me gustaba nada; y es que de los seis cuentos que lo conforman, los dos primeros: Silla y Embargo, me parecieron demasiado descriptivos. Y no es que yo tenga nada en contra de la descripción minuciosa dentro de un relato; es sólo que en este caso no podía creer que el mismo autor de Ensayo sobre la ceguera careciera de ritmo narrativo.

Me parece que estos dos cuentos son demasiado densos, y en ellos el autor aún estaba buscando el estilo que lo harían un maestro en la siguiente década.

Sin embargo, el libro tiene tres cuentos fantásticos dignos de toda antología del género. Estos cuentos son: Reflujo, Cosas y Centauro. Los tres son potentes metáforas de nuestra sociedad posmoderna de consumo.

En el primero, Saramago, cuenta la aterradora historia de una ciudad que se va convirtiendo en un mega cementerio, en donde el olvido y la soledad no dan cabida a la memoria y la alegría. Un cuento con un andamiaje literario muy interesante, con un final macabro. Seguramente este relato —escrito originalmente en 1978—fue la base de la novela Las intermitencias de la muerte de 2005, en donde se habla de un país donde la gente deja de morir.

Cosas es un relato no menos perturbador que el anterior en donde los objetos como los escalones de una escalera, las teteras, las camas, los cuadernos, comienzan a desaparecer en un país en donde el gobierno había logrado tener todo absolutamente bajo el más estricto control burocrático. Una reveladora metáfora del mundo de lo material —superficial y banal— ante los ciudadanos que no son nadie sin sus cosas.

El tercer cuento de la serie fantástica es Centauro un enternecedor relato acerca de la pérdida de la capacidad de soñar que hemos venido sufriendo los seres humanos, con los arribos de nuevas tecnologías, diseñadas supuestamente para permitirnos "soñar mejor, más cómoda y fácilmente". Me parece que este cuento es una obra maestra del género fantástico por su enorme capacidad de hacernos ver la magia de lo cotidiano a través de los ojos de un ser mitológico. 

Finalmente el libro cierra con un cuento breve Desquite, que narra con belleza literaria el despertar sexual de un joven que siempre que lo regañan o le pegan en su casa, se va a bañar a un río cercano a su casa, en donde conoce a una muchacha de su misma edad, pero un poco más audaz que él.