La guerra de los mundos


La guerra de los mundos.
Herbert George Wells.
Tomo.

En mayo de 1938 millones de norteamericanos fueron presa del terror; una emisora de radio transmitió una noticia que los sobrecogió: ¡los marcianos habían invadido la Tierra! A su paso aniquilaban poblaciones enteras, arrasando con todo tipo de fuerzas militares que habían tratado de hacerles frente. ¡El fin del mundo parecía haber llegado! Durante ocho horas la radiofusora transmitió el parte de guerra de aquella invasión y miles de radioescuchas desalojaron a toda prisa sus hogares, intentando alejarse por todos los medios de aquella amenanza. La policía tuvo que trabajar duro haciendo labor de convencimiento, explicándoles a los aterrados ciudadanos, en los retenes que hicieron en torno a las carreteras, que habían sido víctimas de un engaño. Ningún marciano de enorme cabeza había llegado del espacio exterior para conquistarnos.

Aquella emisora que sembró el terror estaba retransmitiendo un radioteatro con ese tema. El talento de un joven director, productor y escritor de programas especiales, Orson Welles; el poder de las palabras; y el hasta entonces insólito poder de un medio masivo de comunicación: fueron las causas de aquel episodio de pánico colectivo que ha pasado a la historia, como el evento que demostró todo el poder de los Mass Media, como nombrarían más adelante las escuelas de comunicación a los medios de entretenimiento e información. Si bien es cierto, que gran parte de la responsabilidad recayó en el poder evocativo de Orson Wells. No menores merecimientos recaen en el creador de la idea original y autor de la novela La guerra de los mundos (1898), que fue la base del programa de radio y posteriormente de dos versiones cinematográficas. Una de 1953 y otra, la más reciente de 2005. Herbert George Wells era su nombre. Mejor conocido como H.G. Wells.

Esta novela pertenece al género de la ciencia-ficción junto con La máquina del tiempo, El hombre invisible o Los hombres dioses, por mencionar algunas de sus obras más reconocidas. Género o subgénero de la literatura fantástica, por la que los hitoriadores y críticos literarios debatirían acerca de su paternidad, entre dos plumas brillantes: el francés Jules Verne y el inglés H.G. Wells.

En todas ellas parecen coexistir los dos impulsos básicos de la personalidad de su autor: un temperamento esencialmente artístico y una formación científica. Representan, por tanto, la expresión estética del conflicto interior que él mismo reconocía al escribir: “soy de un temperamento egoísta y romántico; intelectualmente, convencido de que todo lo egoísta y romántico debe acabar”.

El tema de la novela parece que viene de una idea de su hermano Frank, que se preguntó qué pasaría si en el apacible escenario de la comarca de Surrey cayeran habitantes de otros planetas. Si bien el argumento de la novela es la historia de la destructiva invasión marciana que se suscita en el sur de Inglaterra, el tema central, el núcleo conceptual es la “seguridad ficticia y la fatua vanidad de nuestra sociedad humana”, tan propia de nuestra especie autosatisfecha con sus “enormes logros” evolutivos, tecnológicos y culturales.

En ese sentido, La guerra de los mundos es una ácida denuncia hacia nuestra cultura. “Pero el hombre es tan vano, tanto le ciega su vanidad, que ningún escritor antes del siglo XIX expresó el pensamiento de que lejos de nuestra civilización, se pudiera haber desarollado vida inteligente superior a la nuestra”.

Con La guerra de los mundos se inaugura la larga serie de novelas sobre extraterrestres. Es difícil explicar el ansia que nos despierta la duda sobre la existencia de habitantes de otros planetas. Quizá la humanidad tiene el anhelo de no hallarse sola en el Universo. Y a su vez el profundo temor de ser conquistada por civilizaciones superiores.

La guerra de los mundos es la más clara precursora de todos los libros, películas, comics o reportajes que proliferan sobre el tema. Su gran virtud no sólo radica en que Wells se haya anticipado a las armas químicas con EL HUMO NEGRO de los marcianos, o su RAYO ARDIENTE, antecedente directo del rayo láser actual. Su grandeza radica esencialmente, aparte de su portentosa imaginación, en que el escritor inglés supo, mirando a las estrellas, conocer mejor la condición humana.

Comentarios

Hola Salvatore...

A mí me gustó mucho La guerra de los mundos la primera vez que la leí (cuando tenía como 13 años)... luego hace como 6 la volví a leer y aunque me pareció un estilo medio pasado de moda, volví a emocionarme... un poquito nomás. No tanto como cuando era chavo.

Me gusta mucho tu blog... espero que lo promociones más, para que mucha gente se de cuenta de la maravilla que es leer.

Un saludo
Anónimo dijo…
hola profe!
aqui haciendo la tarea (como buen mexicano un día antes XD)
no se crea, no había tenido mucho tiempo.
bueno, pues, como ya lo habíamos comentado en clase, a mi si me gustó el libro. el único problema radicó en la cuestión de que me remitía mucho a la película y el lenguaje un tanto complicado.
en lo personal, creo que sería tonto pensar que no hay vida en otros planetas. pero si es que algún día se comprueba que esto es verdad... la que nos espera por egoistas y por nuestros delirios de grandeza!!

bueno profe, nos vemos mañana en clase. saludos

B. Alejandra Fajardo C.
Anónimo dijo…
Hola maestro!!!

Pues a mi no me gusto mucho el libro y como lo platicamos en clase aunque se escuche tonto si nos puede ocurrir algo asi.

Y como deciamos a lo mejor y no somos los humanos no somos tan inteligentes y tan fuertes como todos pensamos ya que el libro nos muestra la forma en que podemos reaccionar.

Nos vemos.Samantha

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