¡La historia interminable si que es una lectura recomendable!!!

La historia interminable.
Michael Ende.
Alfaguara.
1983.

Un clásico de la literatura infantil que puede entretener por igual a chicos y grandes. Aunque casi todo mundo conoce la versión cinematográfica La historia sin fin (Die Unendliche Gestchichte), dirigida por el director alemán Wolfgang Petersen[1] en 1984, la novela de Michael Ende es infinitamente superior no sólo en términos formales, sino de concepción y profundidad.

Recordemos que este escritor alemán tuvo una próspera obra literaria enfocada sobre todo al público juvenil e infantil. Siendo una de las características de su obra el rescate de la tradición fantástica de su país, en aras de concebir poderosas y evocadoras historias en donde los niños de todas la edades podrían encontrar siempre un pensamiento o un pasaje digno de ser recordado por siempre. Sin temor a equivocarme Ende es uno de los escritores alemanes más leídos e importantes del siglo pasado. Cuyos maravillosos libros llevan al lector a mundo llenos de imaginación y FANTASÍA; y en las que uno puede identificarse muy fácilmente con sus héroes protagónicos. Su obra ha sido traducida a más de 40 lenguas y ha vendido más de 20 millones de copias. Ende fue también un autor con una profunda visión comercial de su obra, y se dice que escribió uno de sus libros más célebres sólo para “volverse millonario” —cosa que por cierto logró con creces— Momo (1973).

Para mí La historia interminable es una bella apología a la literatura misma como herramienta de autoconocimiento, entretenimiento e imaginación. A lo largo de la historia que jamás termina se cuentan un sin fin de historias fantásticas, que el lector deberá ir imaginando para poder salvar el mundo de FANTASÍA de la poderosa Nada, que amenaza con acabar con ese mundo poblado de personajes imaginarios que habitan en los sueños y las pesadillas de toda la humanidad. Sólo un ser humano que no haya renunciado a la posibilidad de soñar, imaginar y construir nuevas historias será capaz darle un nuevo nombre a la PRINCESA INFANTIL que vive en la TORRE DE MARFIL; y lograr así no sólo que FANTASÍA no perezca, sino incluso que renazca de sus cenizas. Al parecer el único capaz de hacerlo es el retraído e impopular Bastián Baltasar Bux, un niño que tiene que para soportar los embates de la injusta y poco afectiva sociedad que le ha tocado vivir se refugia en sus fantasías y ama profundamente los libros que cuentan historias maravillosas.

Literatura dentro de la literatura —uno de los procedimientos más comunes en la literatura perteneciente al género fantástico diría Borges— que busca explorar los recovecos más oscuros de nuestra conciencia no para hallar respuestas, sino para formular oportunos cuestionamientos. Todo esto bellamente metaforizado en una historia que no sólo atrapa por la enorme imaginación del autor teutón, sino por la profundidad filosófica que logra a través de una escritura llena de simbolismos y analogías, que resuenan en el corazón del lector —sea éste niño o adulto— como recuerdos fragmentarios de los sueños y aventuras que alguna vez soñó poder llevar a cabo, al menos en la FANTASÍA.

Finalmente, el libro es una advertencia de la importancia que debe tener la fantasía (ficción) en nuestras vidas, pues sin ella la existencia además de ser monótona y difícil carecería de todo sentido y todas nuestras experiencias y conocimientos podrías reducirse a la NADA absoluta.


[1] De quien hoy podemos disfrutar en cartelera por enésima ocasión otro remake de POSEIDÓN.

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