Nana un verdadero cántico sacrificial

Nana
Chuck Palahniuk
Javier Calvo (Traductor)
DEBOLSILLO
Barcelona, 2005

Escondida en una antología de poemas africanos hay una canción de cuna (nana) que resulta letal para todo aquel que la escucha.  Su poder es tal que ni siquiera es necesario recitarla, con tan sólo memorizarla y odiar a alguien, cae fulminado al instante.

El periodista Carl Streator -quien perdiera a su esposa e hijo en circunstancias por demás extrañas- se une a Helen Hoover Boyle, una agente inmobiliaria, especializada en vender casas encantadas, quien también tenía un hijo que murió en circunstancias similares al de Streator; acompañados de Helen, "Mona", aficionada al esoterismo, y el novio de ésta, Oyster, un ecologista ultrarradical, para emprender un viaje por carretera para destruir todos los ejemplares del libro maldito y encontrar el libro original del que procede tal hechizo.

La trama bizarra sólo sirve de pretexto a Palahniuk para burlarse, como es costumbre en él, del American way of life; y elaborar de paso una hilarante y ácida crítica a la profunda manipulación a la que nos mantienen sometidos, todos aquellos que tienen que ver con el mundo de la información y el poder.



Fragmento
“El viejo George Orwell lo entendió todo al revés.
El Gran Hermano no está mirando. Está cantando y bailando. Está sacando conejos de una chistera. El Gran Hermano está ocupado en reclamar tu atención a cada momento que pasas despierto. En asegurarse de que siempre estés distraído. En asegurarse de que permanezcas abstraído.
“En asegurarse de que se te marchite la imaginación. Hasta que sea tan inútil como tu apéndice. En asegurarse de que tu atención siempre esté ocupada.
“Y esta forma de ser alimentado es peor que ser observado. Si el mundo te mantiene siempre ocupado, nadie tiene que preocuparse por lo que tienes en la mente. Si la imaginación de todo el mundo está atrofiada, nadie más será nunca una amenaza para el mundo.
“Ya nadie es dueño de su mente. Concentrarse es imposible. No se puede pensar. Siempre hay un ruido royendo. Cantantes gritando. Gente muerta riéndose. Actores llorando.
“Los expertos en cultura griega antigua dicen que la gente de aquella época no creía que sus pensamientos les pertenecieran. Cuando los griegos de la Antigüedad tenían una idea creían que un dios o una diosa les estaba dando una orden. [….] Ahora la gente oye un anuncio de patatas fritas con sabor a crema agría y salen corriendo a comprarlas, pero a eso lo llaman libre albedrío. Por lo menos, los griegos de la Antigüedad eran sinceros”.
(Nana, Debolsillo, 2005, págs., 29-30).

Chuck Palhniuk nació en Portland, Oregón, en 1964. Es licenciado en periodismo y trabajó en una empresa que fabrica contenedores; así como en una cadena de montaje y mecánico de autos. Escribió su primera novela, El club de la lucha (1998), en tres meses y tan rápida fue su conversión en best-seller que terminó por ser adaptada al cine.

Actualmente es autor de gran éxito cuyo nombre aparece muy a menudo en la lista de los más vendidos en Estados Unidos. Otras obras de este autor son Monstruos invisibles, Asfixia y Diario. Una novela. 
 
Si te interesa este autor tanto como a mí te invito a que leas mi artículo que publiqué sobre él en el portal de la revista FORBES MÉXICO.

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