El olor a tinta


El olor a tinta
Manuel Sánchez Pontón
EDAMEX
El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.

Emerich Edward Dalkberg Acton

La influencia del Cuarto Poder, como se le conoce a la Prensa escrita, es creciente en todo el mundo. A pesar de cada vez son menos las personas que leen los grandes diarios. En México no es la excepeción, y éste se codea con un mundo totalmente ajeno a lo informativo. El periodismo en México es una de las profesiones más peligrosas para ejercer. Recordemos que nuestro país despunta entre los que más periodistas muertos reporta al año.

En El olor a tinta, Sánchez Pontón hace una clara analogía con su historia ficticia, con la creación del emporio periodístico de Los soles de México. En donde el empresario Olegario Vázquez Raña es caricaturizado en la figura de José Garmendia, un hombre que comenzará vendiendo empanadas de niño y terminara siendo uno de los personajes más influyentes en México, durante décadas.

Esta es la historia de este magnate de la prensa mexicana obsesionado por acumular cada día más poder y dinero, inmerso en un mundo de ardua lucha y terribles obstáculos. Es la agitada y tormentosa vida de un empresario pragmático e inescrupuloso, prestanombre de encumbrados políticos que lo inflaron hasta convertirlo en "El Napoleón de la prensa mexicana" y al que, después de utilizarlo para sus ruines fines, desinflaron de un pinchazo cuando dejó de serles útil e inclusive se había convertido en un estorbo.

Unos imaginarios y otros completamente reales, los personajes de esta novela se combinan para producir una historia en la que no se sabe muy bien en donde termina la realidad y principia la ficción.

La narración se desarrolla con sencillez, y tiene algunos problemas técnicos, (que atribuyó a la edición, más que al autor), pero esto no demerita demasiado este trabajo de Manuel Sánchez Pontón, periodista y escritor poblano, quien ha concebido una buena novela acerca de la realidad del periodismo mexicano y sus "tratos" y "devaneos" con la política y las grandes cadenas de medios de comunicación.

Un trabajo que debe leer todo aquel estudiante de periodismo y todo aquel que se interese por saber cómo se forjó la tradición periodística mexicana de los últimos cincuenta años.
Nota: Este libro me lo prestó mi amigo Luis, quien entre otras cosas, es un gran lector.

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