Harry Potter y el Príncipe Meztizo

Harry Potter and The Half-Blood Prince
J. K. Rowling
Scholastic

La sexta entrega de la saga posee elementos muy interesantes. Y aunque desde mi punto de vista es más intenso el libro anterior Harry Potter and The Order of Fenix, sólo por los duelos que se suscitan entre los Mortífagos y la Orden del Fénix; así como el de Dumbledore y Lord Voldermont. Éste no deja a uno con ganas de leer el último de la saga.

A mí lo que más me gustó es que mi personaje favorito de toda la saga ―Severus Snape― adquiere una participación por demás relevante para el desarrollo de la historia ulterior y subsecuente.

La misteriosa personalidad de Snape, su particular sentido del humor y el honor, además de todos sus desplantes hacia Potter lo hacen mi favorito. Además, como queda más que demostrado en esta novela, de ser un mago muy poderoso y competente.

Mientras Harry se preocupa por seguir de cerca a Malfoy, Ron y Hermione comienzan a demostrar síntomas muy fuertes de atracción entre sí. Lo mismo le ocurre a Harry con Ginny, la hermana menor de Ron. Dumbledore comienza a entrenar de manera personal a Harry para el que será su encuentro definitivo con su archienemigo, el señor Oscuro, Lord Voldermont.

Al final, uno de los personajes más entrañables e importantes de toda la saga muere. ¡Y en manos de quién!

Para aquellos detractores del trabajo de la señora Rowling, que la acusan de ser tan sólo una "llamarada de petate", como decimos en México, o bien de ser una mala escritora con una mala historia, que se ha hecho multimillonaria de la noche a la mañana gracias a la publicidad y no a su talento literario, les invito a que le echen un ojito a cualquiera de los siete libros publicados, y verán el por qué del fenómeno Potter es tan fuerte en el mundo entero.

Creo ―como los personajes de la novela― que Harry Potter es un mago muy poderoso, porque en una época como la nuestra tan llena de distractores de todo tipo, sobre todo tecnológicos, ha hecho "como por arte de magia" que millones de chicos y grandes se pongan a leer, ¿les parece poca cosa?