La libertad de ser distinto
La libertad de ser distinto
Óscar de la Borbolla
Plaza & Janés
México
2010
Curioso es que aunque en mi biblioteca personal tengo varios títulos de Óscar de la Borbolla, el primero que lea de él, me lo haya regalado mi querido amigo Tobías (El Gran Buda), colega profesor en la UNITEC, a quien aprecio y admiro muchísimo. Bueno, el caso es que el primer libro que leo del célebre maestro de filosofía de mi amada Alma Mater, la FES Acatlán, me gustó a medias.
Se trata de un libro de digresiones, que más que filosóficas son de índole personal y literaria. Los temas son de lo más variopintos, y quizá sea eso lo que más me gustó del libro, que hablará de diversos temas, tales como: olvidos, laberintos, silencios, muertes, mentiras, deseos, rostros, sospechas, dudas, ruedas, corazas, espejos, ventanas, ocasiones, destinos, coartadas, adicciones, jueves e infinitos.
La verdad me gustaría ser como Óscar de la Borbolla, un intelectual desparpajado, que se burla de todo y de todos, incluyéndose él mismo. Eso está padre, que uno pueda escribir un libro de puras digresiones y pensamientos aforísticos.
De pronto, no está muy padre, que algunos de los textos están mejor escritos y construidos que otros. Aunque, quizá, eso es lo que da más valor al volumen, que leemos al autor en diferentes tonos, y momentos de su existencia.
No me gustó mucho que hablara tantísimo del sin fin de amantes que ha tenido. Eso me cayó bastante pesado, después del tercer texto, en donde salía con lo mismo.
De todos modos, está padre que Óscar de la Borbolla, ejerza plenamente la libertad de ser distinto. Espero llegar a ser tan famoso como este simpático señor; y poder publicar a su vez un libro de digresiones mías, en donde aparezcan mis propias obsesiones: los Beatles; los extraterrestres ancestrales; las sociedades secretas; la metafísica; la música como terapia y el sexo tántrico, por mencionar algunas.
En fin, que si estudias o estudiaste en Acatlán de seguro alguna vez viste al autor en los pasillos de la escuela. Si eres asiduo a la librería Gandhi matriz, seguro por allá también lo has visto, y sino quizá lo conoces porque siempre sale dizque debatiendo con su amigocho, Andrés Roemer en el canal 40.
Confieso que a veces siento que ellos dos, a veces se clavan muchísimo en su postura; y no siempre se muestran abiertos a escuchar la propuesta del otro. Pero bueno, esa ya es percepción mía, quién sabe.
En una sociedad como la nuestra, en donde está altamente penalizado ser uno mismo, me parece padre que haya quienes ejercen ese derecho con plena conciencia de lo que están haciendo.
¿Y quién mejor para hablarnos de este ameno libro, que el mismo autor?
Óscar de la Borbolla
Plaza & Janés
México
2010
Curioso es que aunque en mi biblioteca personal tengo varios títulos de Óscar de la Borbolla, el primero que lea de él, me lo haya regalado mi querido amigo Tobías (El Gran Buda), colega profesor en la UNITEC, a quien aprecio y admiro muchísimo. Bueno, el caso es que el primer libro que leo del célebre maestro de filosofía de mi amada Alma Mater, la FES Acatlán, me gustó a medias.
Se trata de un libro de digresiones, que más que filosóficas son de índole personal y literaria. Los temas son de lo más variopintos, y quizá sea eso lo que más me gustó del libro, que hablará de diversos temas, tales como: olvidos, laberintos, silencios, muertes, mentiras, deseos, rostros, sospechas, dudas, ruedas, corazas, espejos, ventanas, ocasiones, destinos, coartadas, adicciones, jueves e infinitos.
La verdad me gustaría ser como Óscar de la Borbolla, un intelectual desparpajado, que se burla de todo y de todos, incluyéndose él mismo. Eso está padre, que uno pueda escribir un libro de puras digresiones y pensamientos aforísticos.De pronto, no está muy padre, que algunos de los textos están mejor escritos y construidos que otros. Aunque, quizá, eso es lo que da más valor al volumen, que leemos al autor en diferentes tonos, y momentos de su existencia.
No me gustó mucho que hablara tantísimo del sin fin de amantes que ha tenido. Eso me cayó bastante pesado, después del tercer texto, en donde salía con lo mismo.
De todos modos, está padre que Óscar de la Borbolla, ejerza plenamente la libertad de ser distinto. Espero llegar a ser tan famoso como este simpático señor; y poder publicar a su vez un libro de digresiones mías, en donde aparezcan mis propias obsesiones: los Beatles; los extraterrestres ancestrales; las sociedades secretas; la metafísica; la música como terapia y el sexo tántrico, por mencionar algunas.
En fin, que si estudias o estudiaste en Acatlán de seguro alguna vez viste al autor en los pasillos de la escuela. Si eres asiduo a la librería Gandhi matriz, seguro por allá también lo has visto, y sino quizá lo conoces porque siempre sale dizque debatiendo con su amigocho, Andrés Roemer en el canal 40.
Confieso que a veces siento que ellos dos, a veces se clavan muchísimo en su postura; y no siempre se muestran abiertos a escuchar la propuesta del otro. Pero bueno, esa ya es percepción mía, quién sabe.
En una sociedad como la nuestra, en donde está altamente penalizado ser uno mismo, me parece padre que haya quienes ejercen ese derecho con plena conciencia de lo que están haciendo.
¿Y quién mejor para hablarnos de este ameno libro, que el mismo autor?
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