Revelación

La revelación
Anthony de Mello
Lumen

Dice el místico indio Saraha: "Trata de probar a qué sabe la ausencia de saber". 
Este es el primer volumen de una serie de seis que compila los cuentos más representativos, de este célebre escritor jesuita, famoso por sus libros y conferencias de espiritualidad en donde mezcla la fe judeo-cristiana, con el Budismo y otras tradiciones orientales, logrando un crossover por demás interesante. Mismo que incluso le valiera un reclamo post mortem, por parte del actual Papa.

Desde niño siempre me he hecho la pregunta: ¿Si Jesús y Buda conversarán, qué se dirían? Bueno, los cuentos de Anthony de Mello son una especie de respuesta a esa interrogante. 

Algunos de los lectores frecuentes de esta bitácora, notarán una cierta avidez de mi parte por todo este tipo de lecturas, recientemente. Es sólo parte de mi búsqueda espiritual de LA VERDAD. En ese sentido, concuerdo con muchos filósofos, teólogos y sicólogos de finales del siglo XX que decían al término del mismo: "el siglo XXI será espiritual; o no será".

A través de cuentos en apariencia sencilla, el autor, nos invita a la reflexión de temas como: la sabiduría, lo divino, el ser; hasta llegar a la revelación. La verdad, me gustaron la gran mayoría. No sólo porque son sencillos de entender para cualquiera interesado en la vida espiritual; también porque muchos tienen bastante humor; lo que me entusiasmó aún más a lo largo de la lectura.

Aquí les dejo dos pequeños relatos. Seguro alguna buena idea les aportan.

"Sólo se despiertan los que desean despertarse. Las cosas se observan para ver la verdad que hay detrás de las formas con que se cubren". 


NO- EXPERIENCIA 
Durante una discusión sobre la experiencia de Dios dijo el Maestro: "Cuándo se experimenta a Dios, el yo desaparece. Así pues, ¿quién es el que hace la experiencia?"

"Entonces, ¿es la experiencia de Dios una no-experiencia?"

"Es como el sueño", respondió el Maestro. "La experiencia del sueño sólo se conoce cuando el sueño ha terminado".

"¿De qué sirve tener ojos, si el corazón está ciego?"


LA VISIÓN I

El anciano rabino se había quedado ciego y no podía leer ni ver los rostros de quienes acudían a visitarlo.

Un día le dijo un taumaturgo: "Confíate a mí, yo te curaré de tu ceguera".

"No me hace ninguna falta", le respondió el rabino. "Puedo ver todo lo que necesito".




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