El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas
El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas
Haruki Murakai
Lourdes Porta (Traducción)
1985
Quizá porque sea de sus primeras novelas que toda la obra fluye de una manera muy espontánea; y sin tratar de complacer a nadie. Pues si de algo se la ha acusado últimamente a este escritor japonés, es que sus últimos trabajos ya son demasiado autocomplacientes y hasta cierto punto predecibles. Como si el autor hubiera hallado alguna suerte de fórmula exitosa en el pasado; misma que ahora repite con descaro.
Esta novela en realidad son dos novelas que corren en paralelo. Una es la que se desarrolla en El Fin del Mundo y otra la que transcurre en Un despiadado país de las maravillas. Siendo esta estructura narrativa lo que más me gustó de todo. Pues yo mismo solía usarla mucho en mis guiones radiofónicos universitarios. Y no lo hacía nada mal. pues hasta un par de premios gané en esa época.
El lenguaje -como es costumbre en él- es muy sencillo y fácil de leer. Me gustan mucho sus descripciones de lugares y situaciones. Lo hace tan bien y con tanta maestría, que cualquiera podría pensar que escribir una buena descripción o buenos diálogos es de lo más sencillo; pero en realidad es ahí donde radica el arte mismo de la escritura.
Dos universos paralelos que en apariencia no tienen nada que ver uno con otro. O quizá dos universos paralelos, en donde uno habita dentro del otro, con extraños paralelismos. Y algunos cuantos elementos fantásticos, mismos que le dan un sentido de unidad a toda la obra. Dos historias en donde para variar el lector no sabe si se trata de un sueño de los protagonistas, el autor o el lector mismo; o una mezcla de los tres.
El la primera historia El fin del mundo, el protagonista se ve privado de su sombra, entre extraños habitantes y unicornios. En la segunda historia, Un despiadado país de las maravillas, el narrador es un ingeniero informático cuyos servicios son requeridos por un inquietante científico que vive en la red del alcantarillado, poblada por tenebrosas criaturas carnívoras, conocidos como los tinieblos. Y que está a poco menos de 72 horas para presenciar el fin del mundo, al menos de su mundo.
De lectura muy ágil y entretenida, es uno de los libros que más he disfrutado en este nefasto año.
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