Clemencia

Clemencia
Ignacio Manuel Altamirano
Los mil y un libros

"Las buenas maneras son los signos masónicos de la decencia en todo el mundo".
Ignacio Manuel Altamirano



Clemencia apareció en Cuentos de invierno, obra que Altamirano publicó en 1869 y que obtuvo mucho éxito, principalmente por este relato, que a la postre se ha editado por separado en numerosas ocasiones. 

Es una novela de corte dramático, situada históricamente durante la invasión francesa, entre 1863 y 1866, aproximadamente. Con un desenlace de una fuerte intensidad pasional. La anécdota central de la historia son los amoríos que sostienen dos jóvenes provincianas de Guadalaja: Clemencia (morena) e Isabel (rubia), con dos galantes soldados del ejército liberal, Enrique Flores, el típico "todas mías" y Fernando Valle, una alma atormentada, incapaz de amar. 

Como se aprecia el argumento, dentro de los cánones del romanticismo, desarrolla pues el caso de un hombre, Fernando Valle, que vive un amor que culminará en tragedia. Todo por culpa de una de las dos mujeres que sin piedad juega con sus sentimientos. En fin, la verdad es que el chisme está muy bueno; y hacia el final  simplemente no puedes dejar de leerla. Es una gran novela que nos lleva de la ternura al odio de manera muy entretenida. ¡¡Mucho mejor que una telenovela de Televisa!!

Los estudiosos de la obra de Altamirano, aseguran que al igual que El Zarco, esta obra contiene pasajes enteramente autobiográficos; y que al parecer el autor pasó por algún trance íntimo semejante al descrito por el protagonista de Clemencia. 




La novela sin dejar de lado los toques costumbristas propios de finales de siglo XIX, posee una estructura narrativa muy moderna para su época, muy bien enlazada, que no sólo permite que la lectura sea fluida, sino altamente entretenida. Por estos factores, Clemencia es considerada la primera novela romántica moderna de México. 

La novela es tan popular en nuestros días, como lo fue más de un siglo atrás, tan es así que son incontables las ediciones que hay de la misma hoy en día. Hay Clemencia en ediciones juveniles e infantiles. 

El final puede llevar a los lectores sensibles o altamente emocionales, a las lágrimas ya sea de desamor o indignación, como fue mi caso. ¡¡¡Ahora entiendo porque es la novela favorita de mi amada!!!



Ignacio Manuel Altamirano nació en Tixtla, Guerrero en 1834, es uno de lo escritores mexicanos más notables de su época y se le considera el padre de la novela moderna nacional. 

Nacido en el seno de una familia indígena, Altamirano cumple sus catorce años sin hablar todavía castellano, lengua de la cultura oficial, y por lo tanto, sin saber leer ni escribir.
Inicia precisamente por aquel entonces un proceso de alfabetización que sorprende por su rapidez y consigue, en 1849, una beca para estudiar en el Instituto Literario de Toluca, donde imparte sus enseñanzas Ignacio Ramírez, el Nigromante, intelectual mulato y librepensador, futuro ministro con Porfirio Díaz, cuyo interés por la juventud indígena le convierte en mentor y amigo de Altamirano.
La influencia de su maestro prende rápidamente en el joven, que pronto va a dar pruebas del doble amor (por sus raíces indígenas y por una cultura que bebe en las ardientes fuentes del romanticismo europeo) que dirigirá y determinará las opciones más relevantes de su vida.
Estudiante de derecho en el Colegio de San Juan de Letrán, Altamirano se lanza a la palestra política, se alinea con los revolucionarios de Ayutla, combate a los conservadores en la guerra de Reforma, y más tarde, tras ponerse decididamente al lado de los juaristas, es elegido en 1861 diputado al Congreso de la Unión, donde exige que se castigue al enemigo, enarbola el estandarte de la patria libre y, en 1863, lucha contra el imperio de Maximiliano y la invasión francesa, alcanzando, en 1865, el grado de coronel por su participación en las batallas de Tierra Blanca, Cuernavaca y Querétaro.
En 1867, restablecida ya la República, consagra por fin su vida a la enseñanza, la literatura y el servicio público, en el que desempeña muy distintas funciones como magistrado, presidente de la Suprema Corte de Justicia, oficial mayor en el Ministerio de Fomento y cónsul en Barcelona (1889) y París (1890).
Funda, junto a su maestro Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto, El Correo de México, publicación que le sirve para exponer y defender su ideario romántico y liberal; dos años más tarde, en 1869, aparece gracias a sus desvelos la revista El Renacimiento, que se convierte en el núcleo que agrupa y articula los más destacados literatos e intelectuales de la época con el común objetivo de renovar las letras nacionales.

"Un buen consejo a los solteros: No hay que casarse sino con una mujer que sea bastante hermosa para no necesitar dote, o bastante rica para no necesitar belleza". 
Ignacio Manuel Altamirano 

Comentarios

Unknown dijo…
es hermosa

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